(Frederik Ljungberg, seleccionado sueco, jugador de fútbol, mino rico a morir, me sirve para ilustrar éste humilde post.)
En un esfuerzo por ver el vaso medio lleno, me remito a acordarme de cosas ultra añejas, pero muy buenas y simpáticas, que no le han hecho daño a nadie y reírme sola.
Es increíble cómo se me acelera el corazón por lo que voy a escribir, no sé a dónde voy a llegar con las palabras, no creo que tan lejos, sino que sólo serán el reflejo de un recuerdo que evoco a la distancia temporal.
Hace algunos años, cuando era una cabra chica y gritona, estaba en mi primer año de universidad o segundo a lo mucho, bailando en un bar de mala muerte con una amiga extranjera y un amigo gay, a eso de las dos de la mañana y con algunos copetes encima, oh sorpresa oh, derepente veo entrar en ese antro perdido lleno de la antítesis de lo que se denomina público objetivo, a un tremendo tipazo, que más que público objetivo, era público inalcanzable, realmente entremedio de tanto estudiante poco agraciado, brillaba, sobresalía más que notoriamente. Demasiado mino, quizás lo mejor que han visto mis ojos en mi entera vida en vivo y en directo, y eso que no vengo de las chacras. Un tipo digno de portada de Men's health, o de plakat de Calvin Klein, hasta donde recuerdo le daba en aquél entonces unas cuantas patadas al modelo de la foto. Tenía 30 años en aquél entonces, pero aparentaba menos, y tenía un forro, que para qué voy a comentarlo, estaba demasiado bien auto-cuidado, era minísimo, y era europeo. Afortunadamente para mi, no hablaba mucho español que digamos y por el tiempo que se iba a quedar por éstos lados tampoco tenía pretensiones de aprender mucho, entonces como yo dominaba su lengua madre, tenía muchos bonos encima, más encima tenía como diez años menos que él, toda una vida por delante y toda la frescura y desfachatéz de una principiante en la carrera de comehombres, entiéndase que en ésa época era más "niñita" y tenía la talla que recuperé en éstos últimos añitos. Entonces yo ni corta ni perezosa me dije a mi misma "no, es que una cosa así yo no la dejo pasar para que se lo agarre cualquier peuca que anda acá", llegué y me acerqué, y empezé a hablarle en su idioma de una, porque la que cacha, chacha, afortunadamente la amiga con la que andaba venía del mismo país, así que tenía demasiada suerte y lo peor que podía pasar era acercarme y que no me pescase. Pero no!!!!!! agarró papa altiro, pero me dijo que él iba a estar acá solamente por un mes y medio más y que cuando volviera a su país se iba a casar con su novia de varios años que estaba por terminar la universidad, para variar, como el mundo es una servilleta, resultó que la novia estudiaba en la misma universidad que mi amiga, pero igual es una universidad grande y no todos tienen que conocerse entre sí.
Bailamos toda la noche y más encima me fue a dejar a mi casa. Intercambiamos teléfono, tarjetas, mails, etc, cosa de que hubiese un segundo encuentro, y así sucesivamente. Como la memoria de elefante me funciona últimamente para no olvidarme de las cosas malas y cuentas pendientes vengativamente, se me han ido olvidando detalles exquisitos de cosas ya pasadas pero que no dejan de ser sabrosos. No me acuerdo cómo ni cuándo fue el primer beso que nos plantamos, pero de que fue con un deseo enorme bilateralmente, lo fue!! Tampoco me acuerdo de nuestro segundo encuentro, pero sí me acuerdo que un día lo llevé a un carrete de mis amigos que estaban egresando de una ingeniería e iba a haber también público extranjero porque el dueño de casa pololeaba con una amiga de intercambio que hablaba como mil idiomas. Evidentemente no podían faltar el par de amigos gays en ese carrete, creo que habían como 3 amigos colas, los que quedaron a jarra abierta cuando éste personaje venía llegando conmigo casi de la mano, todavía me acuerdo de la expresión de un par de caritas de amiguis guays que quedaron marcando ocupado totalmente y de mi mejor amigo que me dijo "perra maldita, te odio, de dónde sacaste a ese manso minazo, por favorrrr??!!" (con voz de loca escandalosa). Afortunadamente pudo conversar con otra gente que no sea solamente yo, a veces me gusta sentirme estrella, pero sólo por el hecho de andar con él ya lo era, y no necesitaba nada más para mi autoestima. Mientras él hablaba con otros, yo le respondía a mi público admirador/envidioso de dónde lo había sacado, cómo lo conocí, quién era, qué hacía, de dónde venía y qué había pasado... jajajaja...
Después de los copetes de rigor partimos todos a la discoteca, bailamos y bailamos como que había pista y música, me acuerdo que una amiga de otro amigo cola le dijo, "oye, ésta mina tiene como un radar con los extranjeros, y más encima le resulta", obvio... la gracia no está derepente en ser la más mina de la audiencia, sino en tener actitud y las herramientas necesarias que compensen que una no es miss universe (Todo es 100% actitud). Entonces en la disco, entre tanto bailar y bailar con el personaje éste, nos fuimos a la barra a pedir unas chelas, y se me acerca un tropel de minas que andaban solas, universitarias también, y me preguntan que de dónde había sacado a ese hombre, que si era mi pololo y blah blah, para mi ventaja, a esas horas de la noche a éste personaje ya se le había olvidado lo poco y nada de español que hablaba, y todavía podía hablar inglés, pero por más que hayamos estado en la disco top del momento, no hay forma de hacer bilingüe a nadie, y como ellas no hablaban inglés, ni el idioma materno de éste señor, mis servicios de intérprete fueron generosos, pero limitados, y así me lo llevé de nuevo a bailar, cuando derepente aparece mi galán de otros turnos, que hablaba otro idoma, y era seductor por naturaleza, pero frente a éste otro especímen en realidad no podía competir, y me tira del brazo pidiéndome unas tonteras que más encima yo no tenía. Al día siguiente me pidió disculpas por el arranque de locura, me dijo que había estado un poco borracho a esa hora y por eso me tironeó, nunca reconoció que se había picado. Creo que nunca en mi vida me había sentido así de importante. Era una importancia en buena, en todo caso. Me acuerdo y me muero de la risa.
Seguimos saliendo con éste personaje, me acuerdo de un día en que nos encontramos en el centro para ir a cenar, había luz solar todavía, porque éstos personajes cenan temprano, y en medio de la calle, caminando uno hacia la dirección del otro aparece éste pedazo de hombre y entremedio de la gente, me sonrié con la sonrisa perfecta y me mira con ésas lámparas celestes que tenía y me abre los brazos, dice mi nombre y yo, yo me derretí, me sentía casi como en el cielo, con el autoestima más grande que el Empire State. Y me tomó de la mano y fuimos a cenar, con otros, pero igual, yo siempre me senté frente a él en comidas y esas cosas, porque me gustaba mirarlo e insinuarme infantil y coquetamente.
Medio pueblo, media universidad, medio mundo me envidió por el minazo que andaba conmigo, allí salté a la fama, no hacía nada más que sonreír, me lo arrastré por donde pude arrastrarlo, y siempre él tan lindo dependía de mis habilidades interpretísticas, porque nunca me pidió que le enseñara nada concreto en español o chileno. Sólo me pedía que le aclare el contexto.
Pasaron las semanas y el asunto era demasiado tentador, para ambos, pero la que se iba a casar en unos cuantos meses no era yo, sino que él. Yo andaba absolutamente loqueando por la vida, esperando nada en realidad, en ese entonces, porque si bien él era demasiado mino, yo sabía que tenía su vida en otra parte, y yo, no me sentía con las ganas, ni las fuerzas, ni las patas para luchar contra eso. De cierta manera mi corazón sabía que más adelante iban a haber otras luchas que yo sí iba a querer tomar de corazón y por el corazón. Eso era sólo un entusiasmo pasajero.
El asunto fue que un día viernes salí sola, sin él, y en el mismo bar, oh sorpresa oh, me econtré con el niño que me había gustado tooooodo el semestre, e hicimos migas, y salimos, y al ritmo de "ojalá" de Silvio Rodríguez me dio un beso lindo, y nos hicimos inseparables por algún tiempo. A los cuantos días personaje me llama, y yo le digo que ya mejor no, si no vamos a ningún lado y yo también necesito hacer mi vida. Nunca más me llamó, tampoco me escribió mails... yo tampoco le insistí.
Pero cuando estaba a punto de volver a su país, justo se encontró con un amigo mío que también hablaba su idioma y le preguntó por mi. Plop! o sea, si quería saber de mi ¿por qué mejor no me llamó, o me tiró unas líneas por e-mail?
Todavía tengo su tarjeta en algún lugar y también su dirección de mail guardada entre mis contactos... hace algunos años, el amigo de él, con el que trabajaban en el mismo proyecto, me dijo que él prefirió después mantener distancia porque en palabras nuestras yo le había movido el piso y se estaba replanteando varios temas, pero que mejor fue así, que yo tomara mi camino para que él pudiese seguir el suyo.
Quizás algún día sepa qué fue de él, y que ojalá se conserve tan mino como antes, mmmmh y si estuviese separado, no le haría ascos si me lo pillo una vez más. A todo ésto, ¿existirán ese tipo de segundas oportunidades en la vida?
Y al final, fue así... mi corazón decidió tomar otra lucha, agotadora, pero entre momentos fomes como éste, donde tengo que mantenerme fuera del márgen, me hace feliz recordar éstas historias archivadas entre el polvo y los ácaros, porque la vida es así, una antología de cuentos.
Update:
Para qué escribirle, si la magia internet todo lo puede, resulta que personaje en cuestión se dedica hoy a salvar el planeta, sí!!!! anda replantando bosques en el trópico, qué tal?? Entre otras cosas...