Sigo queriendo ser gay

Estuve recientemente el placer de tener como visita a mi más querido amigo de toda la vida, es como el hermano o hermana partner que nunca tuve, es el ser más parecido pero a la vez más distinto a mi que existe, y pese a que ya no vivimos juntos por motivos geográficos, evidentemente nos seguimos entendiendo muy bien. A mi me da lata que siempre que viene me ve sola, triste, enojada, con algo o mucho de rabia, o, todas las opciones anteriores juntas, que es lo más frecuente. Ésta vez no fue la excepción y me pilló con todo junto, para variar sufriendo a costa de dramas ajenos más encima.

Recuerdo esas tardes eternas en el sur con la guata mirando al techo, la tele o el equipo de música prendidos, y conversábamos de nuestras soledades, de lo mucho que nos gustaría tener una pareja, a alguien a quién querer y que nos corresponda, al poco andar llegamos a la conclusión de que lo mejor y más sano mentalmente es estar solo, pero rodeado de amigos y tener panoramas, salir, ir a algún lugar, hacer nuestras vidas tranquila y normalmente, y que lo más rico de todo es pescarse a alguien tomando las precauciones necesarias y ad hoc a éstos tiempos y a nuestros sexos, sin rollos, dramas, ni mañanas después. Cuántas veces cuando vivimos juntos dejamos el mensaje fuera de nuestras puertas de "no molestar", y después de, copuchábamos un buen rato sobre lo que había pasado, con quién, cómo, de dónde los habíamos sacado, y cada uno permanecía calladito en su respectiva habitación haciéndose el leso esperando la copucha fresca, como el pan de la mañana.

Pasaron los años y seguimos practicando nuestras filosofías, a la distancia, pero siempre copuchando sobre lo que pasó o no pasó vía msn. Tantas veces le conté mis aventuras de cama con el galán de turno (15 minutos), de lo fantástico que era vivir sin pasarse rollos, tener sexo sin hacerse drama, sin sentir nada más que el placer de haber practicado lo aprendido en la cama durante tantos años. Habíamos llegado en nuestra juventud más tierna a clave de la felicidad, vivir sin pasarse rollos. El precio de tantos años de tranquilidad sin sobresaltos amorosos de ningún tipo, sólo de gozar de la buena suerte de poder acceder a la carne de categoría "V" la mayor parte del tiempo, por lo menos a mi me está pasando la cuenta heavy, mi amigo todavía no cae, yo me mato aconsejándole que no caiga como yo, que no se tropieze, le digo lo mucho que le envidio por ser tan feliz, sin rollos, muy comprometido con sus proyectos que ayudan a tanta gente. Mientras que yo, caída y ultra caída en pleno barro, hasta con el hocico sucio de tanto tragar tierra, derepente me toca vivir dramas ajenos, que no tienen ni tendrían nada que ver conmigo todo y solamente porque me fui a tropezar con la piedra más incorrecta que había en el camino; al final recibo los coletazos de tanto cacho que no tiene nada que ver conmigo, y me quedo sola, abandonada, triste, enojada, choreada, enrabiada, amarga... y miro hacia atrás y digo, cómo cresta es posible que ésto suceda si siendo tan jóven había llegado a la clave de la felicidad, friamente hablando, en qué puto minuto me fui a enamorar del ser menos apropiado para mi y mis planes. En qué puto minuto de la concha de su madre!???!!?!

La cosa es que de hoy sólo puedo decir que yo sigo queriendo ser gay, y quiero volver a ser fríamente feliz como lo era antes de sacarme la chucha y quebrarme tanto hueso.