Jenifer debe ensayar

Ya no me miras a los ojos Jenifer. ¿Qué te pasa? Estás como tramando u ocultándome algo. Pero no creo que en algo bueno andes. Te noto misteriosa y con esa escopeta en la mano no me gusta verte. Apuntas para cualquier lado y me podría llegar a mi también una bala. Quisiera que te quedes tranquila, por eso te enviaré lejos, donde no puedas hacer más estupideces, donde te pueda mantener vigilada y controlada. No deseo que hagas más, por favor ça suffit!!

Preferiría que volvieras a las lecciones de ballet, ya es tarde para que seas bailarina solista en algún lado, pero al menos trabajar tus movimientos frente a un espejo, llevar una dieta especial, vestir malla, faldón, zapatillas en punta, el pelo bien amarrado y la boca callada te llevarán de nuevo a ese mundo de belleza y armonía donde, espero, recuperarás la concentración en el objetivo para el cual existes. No está mal, sólo debes mejorar la técnica, y un tiempo en la escuela de baile te hará bien, muy bien. Comenzarás por observar tus líneas y controlar tu peso, como van las cosas lo más probable es que te mires del cuello a la punta de los pies, pero pronto recuperarás lo que se te ha ido, la moral estará intacta y te mirarás directamente a los ojos, tus brazos serán nuevamente como alas, y tus saltos serán más altos, y la práctica te pulirá hasta llegar al movimiento perfecto por el que tanto hemos esperado, quizás más yo que tu.
Bailarás para mi, y desde el palco vacío te aplaudiré (o te botaré a un foso sin fin si no me complace tu acto).
Caminaba por las calles oscuras y medio tétricas pensando en qué hacer contigo, qué planes puedo utilizar para hacerte brillar como un diamante. No dejo de pensar en ti, en cómo lo podrías hacer para dar con el movimiento acertado. ¿Qué voy a hacer contigo si nunca lo logras?¿Qué va a pasar con nosotras si nunca lo logras? Tienes lo más importante en tus manos, no importa cuánto yo planee, diseñe, mueva en el tablero si tu no das con el paso exacto, ese será la llave a eso que tanto hemos esperado. Desde el día en que llegaste, yo sabía que iba a ser un largo andar, años de afinar detalles; años ya han pasado y los detalles siguen apareciendo, parece, que jamás van a terminar.
¡Vuélvete a mi y mírame a los ojos! Le puedes esconder la mirada a quien tu quieras, pero no a mi que te he dado vida y gracia desde que te vi. ¡Mírame y dime que sí vas a bailar, que sí vas a ensayar, que sí vas a dar con el paso y con los demás! Yo sólo necesito devolverte la confianza para estar tranquila y dejarte ser. Serás pero también me llevarás.
Ésta vez es como cuando te enseñé a caminar, y luego llegaron los primeros pasos, tus primeras zapatillas, tu primera malla, tu primer faldón, tus gritos cuando tenía que peinarte y amarrarte bien el pelo, siempre orden y disciplina. Así procederemos ahora, tu ya sabes caminar, te puedes vestir y peinar sola, en lo único que te puedo ayudar es en encaminarte por el sendero correcto. Escúchame, pon atención, no te distraigas, manten el objetivo en la mira.
Volverás ¿cierto?