Ana y cuando los amantes se casan
Tomás telefonea a Ana a raíz de un mensaje en esas comunidades online que hay, y le dice que sí, que es cierto, que hace poco se casó, Ana se muere de la risa, solamente, y le responde lo que le tiene que responder, una frase para reírse, Ana no sabe y no puede ser grave con sus amantes. Ambos lanzan carcajadas. Ana es tan relajada, es como el viendo con Tomás. Ambos se conocen desde hace algunos años y nunca han pasado la noche juntos, porque siempre han ido al grano, al meollo del asunto, y de eso no ha pasado. Alguna vez, quizás, a lo lejos, Ana le ha pedido un consejo "de hombre" a Tomás, y éste se lo ha sabido dar. Ana ha huido desesperada a los brazos de Tomás cuando lo ha necesitado para encaminar su rabia, y eso no más, pero también han estado juntos simplemente por el placer de hacer por hacer. Ana no sabe bien qué vez ha sido la más sabrosa. Todas han tenido un sabor peculiar, y algunas dentro de tanto placer han tocado fondo con el dolor y el abandono. Pero ella siempre ha sabido disfrazar la pena de alegría, el amor de locura y la rabia de indiferencia.
Y ahora Tomás ya no es soltero en los papeles, Ana sí, y vaya por Dios que lo será por siempre! Ana y un amante que se le casa. Ana y su alergia por el matrimonio. Ana y el meditar sobre el ser de profesión soltera. Así nunca compartirá lo poco y nada que arrastra. Su vida entra en bolsito de gimnasio, se puede mandar cambiar a la punta del cerro cuando ella quiera. No tiene ataduras, no tiene raíces y no tiene papeles.
Ana, muchas veces, se echa de menos a ella misma. Ana recuerda con cariño cuando deambulaba sola por los caminos de la vida. Ana y sus planes ficticios, y sus sueños, y sus black outs.
Ana y sus amantes, esa lista que parecía infinita, con puros nombres que pasaban sin penas ni glorias.
Ana se mira al espejo, está chascona, pero su pelo huele bien, y se dice: "pues bien, por hoy cerramos los libros, y a dormir!"
Se tomará dos pastillas para dormir, y despertará mañana, en otro planeta, un planeta que ella desconoce cada mañana. Donde amantes, amigos, enemigos, conocidos y desconocidos se casan y se descasan. Engañan y son engañados. Ana y su lucha por la verdad, para ella misma.
Ana deja a Tomás en carpeta. Tomás deja a Ana en carpeta, un día cuando tengan tiempo y Ana tenga rabia, se dejarán caer en alguna cama, de algún motel, con alguna mentira u omisión. Y definitivamente, a Ana le importará un carajo que Tomás tenga papeles, anillo o sacramento de casado. Porque Ana es así, le importan un carajo los imaginarios sociales, ayer, hoy y ojalá que siempre!
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