¿Es acaso ésto es todo lo que hay?

Es la crisis misma. Hacerse esa pregunta y responder afirmativamente a ella. ¡¡¿¿QUÉ??!! No, no puede ser, me rehuso a aceptarlo, ésto no puede ser todo lo que hay!! ésto NO es todo lo que hay. Yo sé, estoy segura de que hay más y le vendería mi alma al diablo para verlo y conseguirlo. Me niego a agachar la cabeza y aceptar lo que hay no más sin luchar por más. Mi vida entera ha sido una árdua pelea contra heridas heredadas que no me correspondían pero que sí calaron hondo en mi piel, ha sido una lucha descarnada por cicatrizar y rehabilitarme, estando enferma muchas veces, pero cuando eso parecía que hasta allí no más había llegado y eso era todo lo que había tampoco me resigné, di la pelea, abrí la cortina y en efecto había más, más allá. Hubo que caminar bajo el sol y bajo lluvias monzónicas, el más allá está visualizado por mi ojo intelectual, que reconforta mi alma y me dice al oído: "es que hay más, sólo tienes que llegar y abrir la próxima cortina".
Sí se puede. Sí se va a poder. Vivir carentes de un propósito se ha vuelto algo completamente normal, pero ¿Se puede vivir feliz así? No lo creo, nuestra propia naturaleza nos juega en contra de poder ser felices simplemente así, como seres humanos cuesta mucho aceptar la ofensa de que nuestras existencias no tienen pies ni cabeza.
Frente a la pregunta "¿Es acaso ésto todo lo que hay?" Miro con cara de desprecio, esas expresiones familiares que se heredan y se ven tan desgraciadas, y digo con voz seria y profunda, de mujer, que NO, ÉSTO NO ES TODO LO QUE HAY!