Mi primera reacción fue ponerme a llorar de rabia porque "algo" le habían hecho a Tomás, no podía creer que después de tanto esperar, Tomás no estuviese allí, que me había fallado, pero en ningún momento fui capáz de mirarme al espejo, analizar la situación y pensar en que YO le podría haber hecho o dicho algo a Tomás para que él se marchara. A veces, pienso que Tomás no escucha, que le puedo decir cualquier tontera y a él le va a dar lo mismo, precisamente porque no me escucha. Ahora entendí que pese a todo, y sea como sea la relación carnal que tenemos con Tomás, él si escucha, y mis palabras le llegan y le pueden llegar a molestar tanto como si lo mordiese. Culpé a quien no se lo merecía porque yo entierro los dientes venenosos, sin darme cuenta, y más encima mi impulsividad me lleva a señalar culpables, enrabiarme y odiar.

Quisiera decirte Tomás que me abras los ojos y me hagas volver sobre mis palabras para que me ayudes a que me de cuenta de cuándo estoy diciendo estupideces, pero hacerlo, sería pedirte que me guíes, que me enseñes, que cumplas un rol que no te corresponde y que tu no deseas, dentro de lo poco cuidadosa que soy, sí quiero cuidar los límites que nos separan, yo no quiero confundirme, quiero mantener la raya, la distancia, la temperatura.

También quisiera que éste acto de reflexión se note, y desearía mirarte a los ojos y pedirte discuplas, como gente, pero eso es algo casi imposible, que va encontra de mi manera de ser y de tu manera de ser, jamás agacharía la cabeza frente a ti, y tu jamás me destinarías tiempo, tan valioso, para que yo te pida disculpas por cualquier cosa.

Se rompió la conexión, me siento distinta con respecto a ti Tomás, sospecho que ya no eres el mismo y de seguro tu no te sientes igual, primero el pensar que alguien te había hecho algo, que habías desaparecido, ese mini duelo de tu auscencia, y ahora darme cuenta de que yo cometí un desajuste, se me llena de amargura ese espacio desconocido que está en mi pecho; me llena de ira reconocer que sí me siento triste, que yo sí siento, que a mi sí me importas Tomás, que tu enojo, tu indiferencia, tu falta de tiempo, espontaniedad, ternura, atención y esa habilidad de encontrar defectos sí me tienen loca, me tienen drogada, que te necesito así, pero sé que no debo por nada del mundo ser adicta a todo eso y necesitarte (A TI) así. Tomás, quisiera yo ya no verte, porque así ya no vamos a llegar a ningún lado, porque ni tu ni yo queremos llegar juntos, porque aquí no hay nada y es lo que es. Me voy a buscar a otro Tomás, vengo de tus brazos, con la misma piel de chancho, un poco más dura, sé que voy a otros brazos, pero no sé cuáles exactamente, con otra piel te voy a borrar.

¡Momento! ¡ ¡PAREN LA FUNCIÓN! ! Lo sé todo ahora, ¡¡YA NO ES TOMÁS!! ahora corre con colores propios, tiene otro nombre, tiene su nombre propio, incluso un apellido, tiene un cuerpo, una contextura física, un color de ojos y de pelo definido, sus propias formas, un tono mate en su piel cuando está oscuro, tiene personalidad, tiene carácter, tiene un pasado, tiene un presente, una forma de ser, de pensar, de concebir el mundo, de medir las cosas, una moral, gustos, ya no es la seguridad de que sea Tomás!! y eso terrible!!! ese refugio, ese ser conocido, predecible, libre, sin rostro, sin cuerpo, sin pasado, es alguien, es alguien más! Es - alguien - que - yo - no - conozco. Ya no tengo que pedirte perdón a ti Tomás, sino que todo éste acto de contricción es para alguien que ya no eres tú, Tomás, y simplemente no lo puedo creer.

¿En qué minuto recuperaste vida propia? ¿Fue cuando empezaste a escuchar lo que yo decía?¿Cuando empezaste a pensar en lo que yo digo?¿Cuándo? ¡Dime cuándo fue! ¡Dime extraño qué tanto sabes, qué tanto has contado de mi! ¡Dime si me odias! ¡Díme si te causo rechazo! ¡Dímelo todo! ¡Quiero que me lo digas TODO! ¡Mátame da rabia, de dolor, si quieres, pero no me mates de la angustia de no saber qué ves y cómo lo ves! ¡Dime que me odias, que no me soportas, que me detestas, que no me quieres ver, pero no te calles! ¡NO TE CALLES!

Si Tomás ya no está aquí ¿quién es ese hombre? Me intimida, me asusta, me pone lágrimas en los ojos, me importa, me importa lo que piensa, lo que le gusta, lo que no le gusta, me ronda en los pensamientos y yo no quiero eso!! por favor sáquenlo, no quiero enfrentarlo, no quiero! no quiero! no quiero! El mundo se cae a pedazos, y yo tengo miedo, tengo pánico de todo ésto, debo huir, arrancar lo más rápido posible de todo, debo salir a encontrar a Tomás, a refugiarme en él, a sentirme segura, sana, sin heridas, sin amenazas, sin turbulencias, sin amenazas. Ahora resulta que Tomás es el mismo bálsamo de siempre, y éste lío lleva otro nombre, innombrable.