Y hoy la nada. ¿Qué pasa contigo Tomás? No te gusta el frío, no dices nada, no das señales, ni siquiera tu sombra se puede ver pasar por acá. Llevo horas mirando a la ventana, viendo a la gente pasar al otro lado del vidrio. Yo aquí sola, absolutamente sola con mis recuerdos y tu... no sé qué es de ti. ¿Qué tiene éste lugar que no vienes? Tanta gente, TANTA, y sólo quedan los recuerdos que tengo de ti, tu imagen, grande y fuerte, tu sonrisa, tu ironía, tu tino para llegar en el momento exacto... eso debe ser, me queda el consuelo del "momento exacto", es por eso que no vienes, ¿es acaso por que no es el momento exacto?

A veces necesito escucharte Tomás, necesito tus quejas, tu falta de tiempo, tus ganas, tu olor, tu voz, tu sabor. Necesito saber que no te puedo morder, porque no te gusta.

A veces pienso que te comería, que te dejaría conmigo por mucho rato, pero jamás te lo diré Tomás, por que así como a mi la idea me asusta, estoy muy consiente de que tu Tomás y yo, errante desubicada sin causa no tenemos punto de encuentro fijo ni duradero. Me conformaré siempre contigo Tomás como el amante que espero con ansia, con dolo, para jugar a los encuentros furtivos.

Llevo ya horas esperando que cruces ese umbral y te sientes conmigo, aquí a mi lado, en ésta silla vacía, para que interambiemos miradas, palabras absurdas y me lleves contigo, no me interesa tu procedencia ni tu próximo destino, te quiero aquí Tomás, a mi lado, quiero respirar y sentir esa pasión que sólo tu entre todos los hombres con distintas historias me pueden dar.

Tomás, necesito verte, sentirte, tocarte, que me veas, que me toques, me desees tanto o más de lo que yo te deseo a ti. Tomás y mi deseo insatisfacible. Si no eres tu Tomás un beso no es un beso propiamente tal, una noche, una aventura, un revolcón no es igual. ¿Qué me has hecho Tomás? me has embrujado para que no pueda disfrutar si no es contigo, necesito tus palabras frescas y ese beso de despedida, no quiero en éste segundo ese vacío que tu no-prescencia me hacen sentir.
No quiero estar con otros para extrañarte más, pero si me quedo sola y no te encuentro también te seguiré extrañando, no quiero entre las sábanas a un no-Tomás.

Tomás... chascón y descompuesto, desordenado pero riguroso, Tomás la locura y libertad andante. Tomás, Tomás, Tomás!! voy a salir a gritar por las calles limitadas en libre albedrío tu nombre, y voy a salir a cuanto bar encuentre abierto a buscarte y tomarte de un brazo, tirnonearte y abofetearte porque no me has visitado. Estoy completamente loca por necesitarte tanto en medio de tanta nada que me rodea, tanto extrañarte me estoy poniendo vieja y mal humorada, mañosa, insoportable, tanto como es insoportable no tenerte un minuto de nuestros tiempos, no se me ocurre donde encontrarte, si no eres tu Tomás, no me conformo, nada es suficiente si no eres tu Tomás. Podría conocer a cualquiera en éste antro perdido y congelado, pero si no eres tu Tomás no sirve, no basta, no llena, no deja sonrisitas, no deja satisfacciones post-Tomás, que son únicas e irrepetibles. Me odio por idealizarte tanto, pero así eres tu Tomás, ideal. Es una pasión ciega y arrolladora, envolvente, desquitable.

Quiero verte Tomás. Quiero, quiero, quiero, quiero tantas cosas, todas cosas estúpidamente básicas y fáciles de encontrar, pero si no es contigo no es lo mismo, puede bajar un marciano y hacer noticia en todos lados, pero si no eres tu Tomás a mi lado, ni siquiera para exhibirte, es para tenerte a mi lado y besarte locamente, dejar de pensar, y gritar, gritar, gritar porque estoy en tus brazos, por que me haces sentir, tarea que no es fácil en éste mundo tan plano y carente de satisfacciones, éste lugar tan deshonesto y plano.

¿Volverás alguna vez Tomás a mis brazos? Estoy completamente desesperanzada. No me queda ni una esperanza ya a éstas alturas de verte en un radio cercano. I need you!

Ya no sé ni deletrar correctamente, se me han olvidado todas las gramáticas que he aprendido durante la vida, porque el aislamiento y la falta de redacción han llenado mi cerebro de mocos, espesos que no me dejan vibrar con cada palabra.