Der Wandergeselle
Cuando ya creía que nada que se pudiera contar pasaría, decidí cambiar de rumbo una noche y como por arte de magia di en las páginas de un cuento, de esos que me contaba mi abuela cuando era niña, un cuento donde se mezclaron la tradición, las luces, el humo, los ritmos de moda y un toque de edad media.
Las diferencias eran muchas y pocas a la vez. Si estábamos en aquel lugar era por las mismas razones de fondo, pero con diferentes matices. Thomas no ha aparecido por éstos lados y no lo va a hacer, entonces siempre hay tiempo y ganas para moverse a otra cosa y buscar nuevas emociones e historias para transmitir. No sólo Thomas es proveedor de aventuras y cosas que contar.
Salí extremadamente aburrida de cierta fiesta mal planificada, donde no podía ni haber música fuerte porque los vecinos reclaman, ok, está bien respetar el silencio, pero déjennos vivir!!!!!!!! déjennos ser jóvenes!! déjennos ser "felices"!!! (En éste lugar no se puede dar ni un sólo paso sin que te vean, te juzguen y te reten). Entonces caminé menos de 50 pasos y llegué, y oh qué vieron mis ojos! no sabía que todavía existían. En Europa central existe (todavía) una tradición donde los apredices de un oficio viajan por el mundo; antiguamente andaban por toda Europa, pero hoy en día con la modernización de los medios de transportes pueden andar por todo el mundo. La palabra "Wandergeselle" es de origen alemán: Wandern = es el verbo que quiere decir andar, caminar, vagar, y Geselle: viene del antiguo altoalemán "gisello, gisellio" que quiere decir oficial. Un "Wandergeselle" entonces significa literalmente en inglés "journeyman", y es, en efecto, un trabajador calificado que hace su "práctica" en el mundo, aprendiendo diferentes técnicas y ganando por un espacio de tiempo, de aprox. 3 años, experiencias por todo el mundo, una persona errante, aventurera, calificada para efectuar un trabajo ya sea de carpintería, escultura, etc, una tradición que data desde la Alta Edad Media y que en aquél entonces era el equivalente a lo que hoy hacemos en la universidad uno o dos semestres como "práctica", para los que vivimos en éste monótono mundo, donde nuestros padres nos crecen para que seamos profesionales.
Lo vi e ignorantemente pensé que por algún motivo hubo una fiesta de disfraces a la que nadie me invitó y comencé a preguntar inmediatamente quiénes eran esos personajes con ropas tan extravagantes, cuando me lo explicaron en español de chile vinieron a mi cabeza algunos textos de literatura alemana que había ojeado en la universidad hace ya varios años, como por ejemplo: "Wilhelm Meisters Wanderjahre oder die Entsagenden" de J W von Goethe. Cuando lo leí pensé que esa tradición ya había muerto pero me equivoqué por completo, todavía sobreviviven en el mundo y se adaptan a lo que hay y a cómo somos.
Para concluir toda ésta latosa explicación histórica y literaria, sucedió que me encontré face to face con un personaje sacado de éstas Märchen, pasaron por mi mente mil cosas, y cuando me contó su historia, por qué lo hace, cuándo se decidió hacerlo, para dónde va, etc, etc y empecé a hondar más en su vida, sentí que nuestras vidas occidentales son a veces tan planas y aburridas, una tan parecida a la otra. De cierta forma, ambos éramos errantes en el mismo mundo pero de maneras completamente diferentes, al menos él sabe hacia dónde va y por qué va, yo vengo del vientre de mi madre, completamente perdida hasta el día de hoy vagando en un mundo que gran parte del tiempo no me satisface, en una sociedad que me hunde y no me deja respirar. En cambio el con sus atuendos "extravagantes" para éstos ojos sudamericanos tercermundistas es libre y sabe vivir, con disciplina y una ruta clara. Yo, con mi ropa muy a mi estilo paso por normal donde sea que entre, pero vivo sumida en la perdición y el inconformismo, sin disciplina y ruta alguna, calificada y cesante, intentando buscarme una vida que debe estar en alguna parte.
Cruzamos miradas, me incomoda mirar a los ojos, muchas veces ellos dicen lo que uno no quiere leer ni saber, me sentí completamente intimidada por esa mirada que vivía bajo aquel sombrero, que sólo se puede quitar cuando come, por respeto a la comida y cuando entra a la iglesia, ya sea por respeto a Dios o el carpintero que construyó ese templo. Al final de la noche, cuando ya habíamos conversado, el muy orgulloso de su labor y yo muy avergonzada de vivir una vida tan plana, se iba, le dije "hey, puedes escribir emails?" , mal que mal son un tipo de "carta" que simplemente llega´más rapido, me dijo que sí y me pasó su libreta, donde tiene apuntados miles de nombres, de miles de personas que ha conocido en éste largo viaje que aún no concluye, y al cerrarla, se la entregué, leyó mis datos de contacto, me sonrió y con un fuerte abrazo nos despedimos por segunda vez, me volvió a mirar a los ojos con esa mirada peligrosa y expresiva, nos dimos un beso y después de ese beso anduve del brazo y de la mano con un personaje extraído de un cuento de época, sentí su sinceridad,su honestidad y su bondad, cosas que se sienten pocas veces entre los que actuamos en éste circo a veces inmundo que es la vida de ciudad.
Quizás éste errante con rumbo sólo buscaba un poco de compañía y cariño, eso que yo no puedo brindar en un 100%, porque si bien estoy allí, mis pensamientos y deseos vagan por otro lado, y mi cariño es esquivo, invisible, quizás inexistente.
Me dio lo mismo que los ojos mirones, sapos y acusadores de éste maldito lugar me vieran, que se vayan a la punta del cerro los conocidos, ubicados y demases, total es mi vida, son mis minutos, es mi cuerpo, es mi historia.
Ahora el errante vaga por algún lugar de acá cerca, se tiene que marchar en algún momento, con su traje será imposible no reconocerlo en otro lugar, ojalá que le vaya bien, por su honestidad y transparencia le deseo lo mejor, y algún día podré contarle a mis hijos o mis sobrinos éste extracto de historia sobreviviente.