Sin darme cuenta, llegó el tan temido momento en que el peso le ganó a la levedad, atrás quedaron los amantes, las tardes de no hacer nada, las noches eternas. Llegó este tan temido momento de "ser como el resto". PERO NO! uno puede parecer ser como el resto, que no es lo mismo que SER. Quizás transite por sus calles, utilize sus baños y pague sus impuestos, pero jamás, mi verdadero y leve ser, dejará de existir. Me podré distraer con las exigencias del mercado pero jamás dejaré de ser quien realmente soy. No podré ocultar mis rayas. Quizás tenga que empezar a salir de noche, como los monstruos, a saciar todo aquello que necesito, pero que no me hace falta que el resto observe. Quiero ser yo sola conmigo misma, devorando todo lo que no puedo comer. Quiero ser yo absorviendo toda la sangre que se me antoje. Quiero ser yo quien con mi propia mano corte las cabezas de esos enemigos que se cruzan y no tienen importancia. Quiero tantas cosas, tantos amantes para empezar. Sí, para empezar y disfrutar sin tener que decir más.

Me quiero saciar de toda esa libertad que en este último tiempo me ha sido tan esquiva, y hacer lo que me de la regalada gana.