Anita Alvarado, mi estabilizador de muñeca y ese nuevo yogurt que es supresor del hambre

El viernes, cuando llegué cansada como una perra a mi cama, siguiendo las instrucciones del traumatólogo me quedé tranquila con mi super estabilizador de muñeca, y como no había nadie con quien "shatiar" apagué el notebook y "escuché" tele hasta que me quedé profundamente dormida, de puro cansada, tal como si tuviese 70 años. Resulta que hasta cambiar de canal y tener fuerzas para elegir algo que me "gustase" era complicado, así que sólo me quedé con Primer Plano de CHV, y estaba mi ídola, Anita Alvarado, no alcanzé a captar mucho de lo que habló, creo que ahora se va a un reality a Japón porque le pagan buenas lucas, y caché que mostraron unas escenas antiguillas del reality que hizo hace harto tiempo "beautiful people", pero a lo que sí le puse oreja, fue cuando comentó la mala suerte que tiene con los hombres, y dijo algo muuuy cierto, no recuerdo textual, pero era algo que muchas opinamos y hemos comprobado: "al hombre mientras más mal lo tratas, mejor se porta", no me acuerdo in extenso a todo lo que dijo, pero pucha que tiene razón.

Anita Alvarado es simplemente Anita Alvarado, única e irrepetible, tan mal hablada, pero tan sincera, boca de jarro a más no poder, me muero de la risa cuando la traen a la tele. Es una personalidad donde se pare, porque no la calla nadie. Me encantan las figuras a lo Gladys Marín, mujeres que no las callan con nada.

La Anita no fue lesa, le cayó un viejo que la dejó tapada en plata. Estuve revisando un reportaje que le hicieron en la revista Paula el año 2004, todavía no tenía 30 pero ya estaba forrada en plata. Ahora le queda sólo hacerse la lesa, pero todos sabemos que no necesita trabajarle un día a nadie, sin embargo su ambición por las lucas, me simpatiza. No hace nada gratis. ASÍ DEBEMOS SER. Interesadas y patudas.

Entre sueños quedé pensando en la frase de Anita Alvarado, claro que tiene razón, y no hay que ser ex-prostituta, ni tratante de blancas, ni nada para aprender esa lección tan primordial. Al hombre hay que tratarlo mal para que se porte bien, hay que ser mañosa, reclamona, atrevida, patuda, impetuosa, MALA, insolente, prepotente, onda "me da lo mismo las weás que hagas o dejes de hacer". Si uno se porta bien, si es gente, si es buena, si es apoyadora, ellos la toman a uno "for granted" y hasta allí no más llegaste lolita. En cambio siendo "malévola" se esfuerzan por demostrar que ellos son "buenos" e "ideales". No hay que escatimar en frases como "o sea... yo no estoy para éstas weás", "la próxima vez que empieces a darme la lata, me largo", actitudes como llegar y mandarse cambiar, hace que ellos salgan detrás desesperados, porque ELLOS están hechos para ABANDONAR no para SER ABANDONADOS, siempre hay que dejar en claro que UNA HACE LO QUE QUIERE, Y PORQUE QUIERE ESTÁ CON ELLOS, casi como un favor a lo Madre Teresa.

Y así es la vida poh, una tiene que tener las hagallas para echarse el pollo cuando es necesario, hay que sacar fuerzas, hacer de tripas corazón y NUNCA tener más cosas que las que uno puede acarrear consigo para marcharse. Los weones que son cuervos no tienen arreglo, más que pescarlos por las dos alas y empezar a cortarles las plumas, casi en actitud de abuso animal, y meterlos con el pico cerrado en una jaula, total con agua y weaitas para comer son siempre felices y ni cachan que tienen las alas para la corneta y que más encima están encerrados. Así, hay que sacarlos "a pasear", jaula en mano haciéndoles fiesta. Mi relación amor odio con cuervos, progresa, pero siempre con cuidado. El traidor es traidor por escencia, y frente a eso sólo queda tener dos ojos extras escondidos en la nuca, para cuando el traidor en cuestión se acerque con el puñal en la mano, una sepa darse vueltas rápidamente y clavarles la daga en el estómago, antes que éste pueda rozarnos la piel.

Lo que no mata... nos hace más fuertes.

Pasando a otro tema, estuve viendo en un par de publicaciones acerca de un maravilloso yogurt que se llama Slim Kiup, se dice que ayuda a suprimir el hambre, o sea, uno se siente satisfecho por más rato y come menos, por ende. Lo tengo que probar, qué maravilloso sería. Además se viene el verano... y yo ya me liberé de mi ex-eneamiga, la bulimia.