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Monday, December 20, 2010

Ana let Thomas go


And the day came, this chapter came to an end, one day Ana stopped missing Thomas, suddenly she stopped looking for him in the crowds, she stopped going to the crowds to search for him, no more fucking around to find him.

This is really sad.


Or maybe not that sad, who knows?

Fly with me
Love has funny ways.
Love has hard ways.
Love has easy ways.
Love is you.
And you were all ways.


Gianna, la convencional
Un aborto mal hecho, eso es lo que Gianna piensa de su nuevo ser, ese por el que tanto trabajó, que tanto pulió y que tanto educó, ese ser, al que tanto le costó ver la luz del sol, que fue tan testarudo en salir al mundo. De las otras, sólo tiene la ambición, es trabajadora, por lo demás es un titerecillo convencional, de poca monta, de corto aliento, en resumen: una aberración, en gran parte, para las demás.
No hay nada más insultante para el grupo que un ser convencional, que se conforma, que respeta reglas, que hace lo que hace el resto, que tiene los tiempos de resto, que tiene horarios, que se adapta a ellos, que se conforma con la basura que impone sociedad, que se trata de adaptar a la sociedad. Es un horror que el grupo no puede seguir aceptando, a este ser tan convencional hay que asesinarlo, y entre todas le quitaremos el último aliento. Para que al fin, Gianna respire y sepa lo que es ser uno mismo.


Gianna, la envidiosa
Frente al espejo del baño Gianna, verde de envidia por dentro, se mira al espejo, se pone cremas para ayudar a que el tiempo le pase menos lentos, para contrarestar los efectos de los cigarrillos, del alcohol de fin de semana, se maquilla, porque una mujer no puede simplemente salir a la calle sin haberse pintado los ojos, pero se le olvida un gran detalle, tiene los labios partidos, partidos por el sol, por el aire acondicionado, echados aún más a perder porque a lo que percibe un cuerito suelto se los va tirando, y los pobres labios van quedando heridos y feos. Gianna dice que no hay partidura de trompa que una cremita Blistec no arregle.
Gianna se termina de echar su mano de gato para comenzar el día, que se viene como un calvario, Gianna se emputece de solo vivir la maldita rutina, de que el tiempo no le alcanza, pero no es que el tiempo no le alcance, es que hace muchas pelotudeces al día, como por ejemplo trabajar. ¿Quién fue el hijo de puta que inventó las jornadas de trabajo esclavizantes? ¿Quién fue el hijo de puta que valida que haya que calentar el asiento hasta las 18 hrs? Qué la chupen y que la sigan chupando! piensa Gianna.
Gianna odia a cualquier individuo que pasa por la calle en bicicleta, mostrando la más mínima sensación de felicidad por andar en ese medio de transporte, tan light por la vida, tan hippiemente vestido, Gianna odia a las mamás que con toda calma acompañan a sus pequeños hijos al jardín, con la templaza y tranquilidad de un girasol, ¿Qué, acaso no trabajan? Hijas de puta. Son las 8 de la mañana y Gianna no da mas de rabia, y quedan aún 12 vomitivas horas que enfrentar y que soportarse a sí misma.
Gianna perdió su norte, Gianna se ha convertido en una vieja de mierda, envidiosa de lo inenvidiable, insoportable como ella sola. Nadie podrá rescatarla.